La conjuntivitis alérgica consiste en una inflamación de la membrana mucosa que recubre el interior de los párpados y la parte anterior del ojo. Esta inflamación produce una leve inflamación de los párpados, enrojecimiento leve del ojo, lagrimeo, escozor, escasa secreción mucosa, pero sobre todo picor, que es el síntoma principal de la conjuntivitis alérgica.
Se produce por el contacto con partículas presentes en el ambiente, como los pólenes, que desencadenan la reacción inflamatoria sólo en la persona susceptible. Estas partículas, llamadas alérgenos, pueden ser pólenes, epitelio de animales, ácaros del polvo, hongos… y estar presentes en el suelo o suspendidos en el aire.
Dependiendo del tipo de partícula a la que se tenga sensibilidad, la conjuntivitis alérgica puede dar síntomas sólo en algunos meses (conjuntivitis alérgica estacional) o durante todo el año (conjuntivitis alérgica perenne).
La conjuntivitis alérgica estacional se desencadena principalmente por los pólenes, siendo el de gramíneas y olivo (entre abril y junio) el que más alergia da, seguido por otros como la parietaria judaica (Marzo, Abril, mayo), Platanus acerifolia (marzo y abril) y Artemisia vulgaris (final verano y otoño).
Sus síntomas son más intensos que la perenne y empeoran en ambientes calurosos y secos, mejorando en época de lluvias y frío.
La conjuntivitis alérgica perenne perdura todo el año, y sus principales alérgenos son el pelo y epitelio de animales y los ácaros del polvo, aunque también están involucrados ciertos hongos y mohos.
Otro tipo de conjuntivitis alérgica aparece tras el contacto con químicos en la piel de los párpados o la propia conjuntiva, y se desarrolla tras la aplicación de colirios, pomadas, cremas… es la blefaroconjuntivitis de contacto. Esta conjuntivitis produce también mucho picor e inflamación tanto de la conjuntiva como de la piel de los párpados.
La conjuntivitis alérgica es una enfermedad muy frecuente. La afectación ocular es una manifestación habitual en la alergia, que constituye la enfermedad crónica más frecuente en la infancia y adolescencia. Su incidencia ha aumentado en nuestro entorno, afectando actualmente a un 20-25 % de la población, sobre todo en zonas urbanas y menos en las rurales. La conjuntivitis alérgica más frecuente es la estacional ya que supone más de la mitad de los casos de alergia ocular.
Además de la afectación ocular, es muy frecuente que las personas con conjuntivitis alérgica presenten antecedentes de asma, rinitis o atopia, asociando picor de garganta y nariz, estornudos, moqueo, dificultad para la respiración o incluso problemas de piel asociados.
Estas personas con cuadros más severos, pueden desarrollar enfermedades oculares más graves, como son la queratoconjuntivitis vernal y la atópica, en las que puede haber afectación corneal y compromiso de la visión.
Si bien en la mayoría de los casos de alergia ocular se trata de formas leves (conjuntivitis alérgica estacional y perenne), éstas pueden interferir en la calidad de vida del paciente, por lo que se deben tomar medidas para tratar los casos según su gravedad. El tratamiento inicial debe ser ajustado por un oftalmólogo para evitar el sobretratamiento (que podría producir toxicidad a nivel ocular) o el tratamiento insuficiente.
La mayoría de pacientes, al tener una forma leve de conjuntivitis alérgica, suele necesitar solamente tratamiento local en forma de antihistamínicos y lágrimas artificiales, a poder ser frías.
Sin embargo, los casos más severos o incapacitantes pueden requerir el uso de corticoides tópicos y tratamientos orales de apoyo.
Como parte del tratamiento es interesante intentar reconocer el alérgeno que desencadena la conjuntivitis alérgica para prevenir la exposición al mismo. Para ello es necesario la consulta con un alergólogo que orientará la búsqueda del agente que desencadena la alergia.
De manera general, para intentar evitar la exposición a los distintos alérgenos, pueden tomarse estas medidas de higiene:
MEDIDAS AMBIENTALES PARA EVITAR PÓLENES
MEDIDAS AMBIENTALES PARA EVITAR ÁCAROS
MEDIDAS AMBIENTALES PARA EVITAR EPITELIOS DE ANIMALES
MEDIDAS AMBIENTALES PARA EVITAR HONGOS
Los pacientes con procesos alérgicos relacionados con el polen, pueden acudir a la página web de la sociedad española de alergología e inmunología clínica (www.seaic.org), donde encontrarán información sobre los procesos alérgicos y el estado de polinización de la región en el apartado “niveles ambientales de pólenes” (www.polenes.com).
Además, existe una app, Polen Control, que permite controlar los síntomas sufridos y los tratamientos realizados para un seguimiento más sencillo por parte del alergólogo. También ofrece información sobre los calendarios de polinización.